Mito #1: Si eres ágil, no necesitas estrategia

por Management

Todo el mundo sabe que Mozart se llamaba Amadeus, que hacer sonar los nudillos provoca artritis, o que el béisbol se inventó en estados unidos. Lo cierto es que ninguna de estas afirmaciones es cierta, pero se suelen da por sentadas.

De hecho, cuando este tipo de mentirijillas se asientan, y se convierten en indubitadas, se pueden convertir en mitos. Estos mitos además acaban por constituir la cultura y la verdad aparente

Pues bien, este tipo de mitos se pueden encontrar en la mayoría de las ramas del conocimiento humano y, la disciplina del pensamiento estratégico en las empresas no es una excepción.

En este artículo corto, y otros que van a seguir, pretendo hablar de algunos de los mitos que me he ido encontrando en mi carrera y que se han ido creando en relación a la estrategia en los negocios, 

Mito #1: Si eres ágil no necesitas estrategia

Agile no es una estrategia, es una cultura que te da grandes capacidades operativas inmediatas. Ahora bien, agile por sí sólo, no aporta una ventaja competitiva permanente a ninguna empresa, si no existe un sistema que permita tomar las decisiones adecuadas sobre hacia dónde dirigir esa capacidad operativa. De hecho, la aparente ausencia de un plan, no significa que las empresas ágiles de éxito no se rijan por estrategias. Lo que sucede es que se entiende la estrategia como un marco para la toma de decisiones, y no como un plan. La estrategia pasa a ser un sistema de adaptación constante a las circunstancias, en la dirección correcta, a medida que las cosas evolucionan.

Es más, el hecho de que la mayoría de las start-up fracase, no se debe a que sean incapaces de obtener algo de financiación en sus primeros momentos de vida, ya que muchas lo hacen, sino más bien en la dificultad que tiene la adopción de un buen plan estratégico. Las grandes empresas tendrían mucho que aprender de las startups que sí triunfan en su estrategia. Estas startups que triunfan realmente piensan mucho sobre sus fundamentos, cuestionando y evaluando hipótesis básicas con un rigor que cualquier otra empresa, grande o pequeña, haría bien en imitar. De esto va la agilidad en la estrategia de negocio. De hecho, las startups no tiene más remedio que trabajar su estrategia así, porque sus recursos son extremadamente escasos. Si no tienen una estrategia coherente y adaptable, tomarán malas decisiones en la asignación de recursos, y para una empresa pequeña eso no significará una pérdida en las ganancias, sino la desaparición fulminante.

¿De dónde sale este mito?

Muchas veces, las empresas ágiles y, especialmente las startups, parecen estar obteniendo beneficios sin seguir una estrategia tradicional. Por este motivo es fácil suponer que su triunfo se debe exclusivamente al hecho de mantener una alta velocidad de entrega de valor, manteniendo un ritmo alto, y siendo muy receptivas al feeback obtenido de los mercados. Uno podría suponer fácilmente que no hay una estrategia clara detrás, simplemente porque la estrategia no toma la apariencia de una fase previa a las operaciones y la ejecución. En estas empresas, la estrategia funciona precisamente por que no es un plan previo que luego resulta inamovible, como desgraciadamente sí ocurre en muchas empresas tradicionales.